En el sondeo del mes de enero 2013, el 54% de los farmacéuticos opinaron que sí es necesario hacer obligatorio el Sistema de Recertificación Profesional, ¿Considera usted que el Sistema de Recertificación Profesional aporta valor agregado al desempeño de la profesión farmacéutica?
En la Declaración de Principios Profesionales Desarrollo Profesional Continuado (2000), de la Federación Farmacéutica Internacional, se expone que “la educación continuada profesional debe ser un compromiso de por vida para cada farmacéutico que practique la profesión”, con el fin de garantizar que las habilidades y destrezas de todo profesional son las óptimas para ejercer la práctica farmacéutica.
Por otra parte, la Federación Farmacéutica Internacional define al Desarrollo Profesional Continuado como la responsabilidad que tiene el farmacéutico, individualmente, de mantener, desarrollar y ampliar en forma sistemática sus conocimientos, habilidades y aptitudes con el fin de asegurar la continuidad de su competencia como profesional a lo largo de su carrera.
Exponga en este espacio las ventajas o desventajas que considera tiene nuestro sistema de recertificación actual.
Considero que el Sistema de Recertificación Farmacéutica surgió como una buena idea para apoyar la Educación Continua del colegiado y con la clara intensión de desarrollarse o modificarse, respondiendo a la modificación de necesidades que se fueran identificando con el tiempo.
ResponderEliminarHa cubierto algunas necesidades de algunos farmacéuticos especialmente a nivel de el desempeño clínico y es claro que fuera así, pues este desempeño representa la mayoría de farmacéuticos en el país; sin embargo, la gran pregunta es... cuál ha sido el nivel de aceptación/participación de farmacéuticos de este Sistema, qué planeamiento de crecimiento y desarrollo y mayor vinculación en la participación se ha realizado, a través de qué estrategias se han implementado? Es claro que la respuesta a estas preguntas es nula, el planeamiento ha sido mínimo, sin recursos asignados a la Comisión de Educación Continua y sin metas definidas para el desempeño, como metas de cumplimiento.
Sin embargo, desde mi perspectiva, lo que ha sucedido es un reflejo de lo que sucede en TODA la administración del Colegio de Farmacéuticos y es que se ha estancado y no responde a las necesidades actuales de Capacitación de los farmacéuticos que se desempeñan en diferentes ámbitos de la profesión. En los años que tiene de estar vigente el Sistema de Recertificación Farmacéutica, se ha mantenido voluntaria (es mi opinión que debería el Colegio, respondiendo a su deber de garantizar la ideoneidad profesional a la sociedad, realizar una modificación normativa para que el Sistema de Recertificación se convierta en obligatoria).
La falta de vinculación interinstitucional de la Administración y de la Junta Directiva del Colegio impide conocer a fondo y a ciencia cierta las necesidades reales y quienes son los grupos que podrían involucrarse e identificarse como posibles participantes de las actividades de educación continua. Veamos un par de ejemplos:
1. ASVIDEM agrupa a una gran cantidad de colegas con necesidades muy definidas a nivel clínico y de otra índole. La relación inherente de estos profesionales con sus empleadores, identificándose estos, como posibles patrocinadores de contenido de diversas actividades de capacitación, es inegable y representan un potencial para su implementación y desarrollo. El grado de vinculación de desarrollo de actividades en conjunto ha sido nula en muchos años y esteril para una parte del gremio tan importante y en crecimiento como lo es la visita médica.
2. ASIFAN por su parte agrupa a un gran cantidad de farmacéuticos con un ejercicio muy especializado como lo es en términos generalísimos, la proveeduría, el control de calidad, la producción y la logística, actividades clave para la industria y la respuesta del Colegio en cuanto a organización de actividades en conjunto con esta agrupación ha sido mínima. Es más este año están realizando una programación de actividades que no tiene ningún vínculo con la Comisión de Recertificación y su realización se está haciendo sin participación del Colegio.
Ambos son ejemplos que evidencian lo dicho anteriormente, la dinámica de participación del colegio es escasa, casi estéril. Aún cuando existe desde hace más de 10 años una ¨recomendación¨de la FIP de reconocer la importancia de apoyar la capacitación continua. Aún cuando los farmacéuticos expresamos la necesidad de espacios de capacitación. Aún cuando las posibilidades de facilitar los procesos son cada vez más abundantes y exitosas.
No hay que inventar el agua tibia, la industria ha desarrollado soluciones, la academia también ha desarrollado soluciones, adónde más hay que buscar para satisfacer las necesidades de los participantes.
Lo que se requiere es un proceso de PLANIFICACIÓN SERIA, de darle peso al proceso de recertificación (que sea un requisito de ejercicio), con indicadores de desempeño y de objetivos parciales de cumplimiento, con la identificación clara de los segmentos involucrados y de los ¨patrocinadores¨financieros y de contenido.